¿Puede ser perjudicial el edulcorante?
Antes de empezar debemos aclarar unos conceptos sobre el azúcar.
NO ES UN VENENO, PERO TAMPOCO ES INOFENSIVO.
En nuestra sociedad consumimos 3 veces más azúcar del máximo que recomienda no superar la OMS (unos 25 gramos), recordar que es un máximo, no una cantidad recomendada. Por ello, no me parece nada exagerado la discriminación que se le está haciendo, si conseguimos reducir su consumo sería un gran paso.
El problema viene cuando cierta industria se adapta a esta era y comienza a sacar al mercado productos “sin azúcar”. Nosotros tan incrédulos solemos caer en sus trampas de marketing.
La mayor parte del azúcar que consumimos hoy en día no proviene de los azucarillos que añadimos al café, sino que lo tomamos sin darnos cuenta a través de los productos procesados.
Algunos productos procesados no solo son poco recomendables por su contenido en azúcares libres, sino por otros componentes que no nos interesan nutricionalmente. Como pueden ser: grasas de mala calidad (trans, aceite de palma…), exceso de sal (para que un producto se considere con mucha sal debe tener más de 1,25 gr por 100), harinas muy refinadas o edulcorantes.
Vamos al grano con los edulcorantes artificiales.
Como he dicho antes, la industria para adaptarse a la era “low sugar” e intentar convertir sus productos insanos en “saludables”, todo ello sin renunciar al sabor (frase utilizada por Cola Cao o Coca Cola), sustituye el azúcar por edulcorantes artificiales.
Todos hemos escuchado alguna vez que estos edulcorantes son cancerígenos, vamos a ver que hay de cierto en esto.
Conocemos estudios en los que salen muy mal parados estos edulcorantes. Según éstos, su consumo en dosis muy elevadas durante largos periodos de tiempo favorecen la aparición de algunos tipos de cáncer en ANIMALES. No podemos extrapolar esos resultados siempre a humanos.
Por otro lado, otros estudios mas recientes apuntan a que no hay suficiente evidencia como para afirmar esto.
¿Qué significa que no son inocuos?
Que una sustancia sea segura no significa que se deba consumir sin moderación. Sabemos que el abuso de edulcorantes puede ocasionar algunos problemas a largo plazo.
- Daños en nuestra microbiota intestinal: la microbiota intestinal consta de millones de bacterias, las cuales se alojan en nuestro intestino y se encargan de numerosos procesos vitales, uno de ellos es impedir la proliferación de algunos virus o bacterias patógenas.
La evidencia científica que conocemos a día de hoy apunta a que algunas bacterias de nuestra microbiota intestinal pueden degradar los edulcorantes acalóricos dando lugar a sustancias potencialmente tóxicas a dosis altas.
- Componente conductual: En el caso de personas que consumen grandes cantidades de azúcar sería interesante sustituir éste por algún edulcorante acalórico, pero como primer comienzo. Lo ideal sería ir reduciendo las cantidades hasta no depender de ningún tipo de edulcorante, ya que inconscientemente vamos a maleducar nuestro paladar y esto va a acarrear que caigamos en la tentación de alimentos poco saludables debido al elevado umbral de dulzor que tenemos.
Si estamos habituados a sabores muy dulces, nos va a costar muchísimo evitar tentaciones, y más aún en el mundo obesogénico en el que vivimos.
CONCLUSIONES
Hemos visto que los edulcorantes artificiales son seguros pero no inofensivos. Debemos acostumbrar nuestro paladar al sabor real de los alimentos y no buscar sustitutivos saludables porque no existen… el café sabe amargo, un yogur natural sabe ácido y así con todos los alimentos a los que añadas tú o el fabricante azúcar.